La Plaza Mayor de Valladolid
Publicado por Figaro el .
La Iglesia de San Benito el Real y la de Santa María La Antigua, el Teatro Zorrilla y el Ayuntamiento, dejan paso todos ellos a un espacio abierto, de empedrado y paredes rojos, lleno de vida, que todo buen vallisoletano conoce y disfruta y que todo turista admira. Dejan paso todos ellos a la Plaza Mayor de Valladolid.
Viene marcada su historia por los gremios que, desde mediados del XIII, se fueron estableciendo a su alrededor, pero también por las llamas que la destruyeron en el año 1561 y por su remodelación posterior bajo la orden de Felipe II. Es a partir de este momento cuando la plaza alcanza su apogeo pasando a convertirse en epicentro comercial del Reino y en uno de los lugares más transitados de Valladolid.
Este castellano recinto jalonado por múltiples soportales y por ese aire recio que concede la distinción de la que se sabe iniciadora de la serie de Plazas Mayores que dio el urbanismo español entre finales del medievo y mediados del siglo XIX. Es la primera de muchas plazas de arquitectura ordenada y coherente, cerrada al tránsito vehicular, en sucesión de pórticos y balconadas, de planta regular y terreno uniformemente nivelado.
La Plaza Mayor supone, hoy en día, el centro de todo. De ahí parten las siete vías principales que callejean por el casco antiguo de Valladolid, allí se alzan algunos de los bares más conocidos de Valladolid y, en verano, es allí también donde se despliegan las mejores terrazas de la ciudad, esas que permiten beber vino del bueno y recordar.
También acoge el recinto numerosos eventos culturales como los conciertos de la Fiestas de Nuestra Señora de San Lorenzo, el célebre mercado renacentista o el Encuentro Internacional de Maestros Escultores de Arena. Por supuesto, la Semana Santa vallisoletana también tiene cabida en la Plaza Mayor y durante este tiempo la palabra sagrada y los pasos de la procesión de la Sagrada Pasión del Redentor fluyen entre soportales y fieles oídos.
Foto vía: flickr
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