Origen de todo y caldo de vida eterna, el agua, ve profundamente potenciado su poder en el vallisoletano Palacio de las Salinas.

Localizado en la población de Medina del Campo, este Palacio hace gala de ser uno de los balnearios de mayor tradición en territorio español. El profundo conocimiento que, sobre el agua, se despliega en el recinto, permite jugar con ella a voluntad para sacarle todo su jugo energético, todas sus propiedades curativas y, en definitiva, todo aquello que hace posible el descanso del cuerpo y del espíritu.
Aunque la tradición ya venía de largo y se conocían las beneficiosas propiedades de este agua desde los remotos albores del siglo XIX, no será hasta el año 1893 cuando se reconozcan oficialmente sus inusuales características con la declaración de las aguas como bien de utilidad pública.
Desde ese mismo momento se empiezan a desarrollar en el Palacio de las Salinas todo tipo de tratamientos y terapias, cuya base es la clorurada, sódica, cálcica, sulfatada y bromurada agua de los propios manantiales que nacen en la zona. En el marco europeo son, precisamente, estas cualidades las que han propiciado la gran popularidad de un agua que llega a ser considerada una de las más mineralizadas y, por tanto, beneficiosas de Europa.
Estas aguas están indicadas para afecciones dermatológicas y respiratorias, garantizan la mejora de los problemas de oxidación en el aparato locomotor y, por supuesto, permiten el desarrollo de efectivos tratamientos estéticos y terapias anti-estrés.
Acompaña a todo esto un increíble entorno paisajístico que invita al relax y a la renovación, pero también más de 5.000 m² de instalaciones y 80.000 m ² de jardines, donde es posible practicar todo tipo de deportes de montaña, así como tenis, natación y fitness. El Balneario también organiza excursiones a las poblaciones más cercanas que permitirán al visitante adentrarse en la cultura y gastronomía vallisoletanas.
Más información en: www.palaciodelassalinas.es
Foto: vía www.turismocastillayleon.com