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Montemayor de Pililla, Tierra de Pinares

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Esta localidad a 30 kilómetros de Valladolid cuenta con más de 1000 habitantes y las mejores ofertas para disfrutar de todo el turismo y la Tierra de Pinares.

El primer dato que se conoce con el nombre de Pililla, que se llamaba en la ‘Pielella’, se remonta a un privilegio otorgado a los vecinos de Montemayor, por el Rey Don Fernando III el Santo, y confirmado en 1396, con motivo de una querella, por el Sr. Infante Don Fernando Sr. de Lara. En la orilla del arroyo de Valdeovejas, el pueblo se asienta sobre una zona de robles, encinas y pinos. Hay que reseñar que la prehistoria de Montemayor de Pililla es rica, encontrándose en su término municipal cerámicas con
características celtibéricas y cuchillos de pedernal. En el paraje de El Caño fueron localizadas algunas cerámicas fechadas en la primera Edad del Hierro, lo mismo que en el término de los Torbisqueros, donde se han hallado restos de cronología visigoda del siglo V al VIII. Al sudoeste del término, en los Pinos del Cubo, existen yacimientos de la Edad de Hierro. En tiempo del rey Fernando III el Santo, el lugar se denominaba “Pielella”, pues así figura en un privilegio de la época, confirmado a finales del siglo XIV.

Su principal monumento es la Iglesia Parroquial de Santa María la Magdalena. Un edificio modesto y sólido del siglo XVII, que por su situación hace pensar que se asentó sobre los cimientos de una antigua fortaleza. Tiene una nave principal cubierta con bóveda de arista y naves laterales cubiertas con bóveda de cañón con lunetos decorados con yeserías barrocas. En la nave del Evangelio se sitúa el antiguo retablo mayor, del siglo XVII, presidido en su hornacina central por un Crucificado de bella factura y de mediados del siglo XVI, en el que destacan cuatro relieves de la escuela vallisoletana que representan el Bautismo de Cristo, San José con el Niño, la Asunción de la Virgen y el Ángel Custodio. En el banco dos relieves con los cuatro Evangelistas. El actual retablo mayor es neoclásico, de madera fingiendo mármol y de muy fría arquitectura. En el baptisterio destaca la imagen gótica del siglo XV de María Magdalena (patrona de la villa), que presidía el antiguo retablo mayor, obra del palentino Alejo de Vahía. En la sacristía se conserva una Cruz de plata gótica del XVI, con un Cristo del XVII en el anverso, flanqueado por la Virgen y San Juan, grabados a cincel. También grabados a cincel el Pelícano, Adán resucitado y los símbolos de los cuatro Evangelistas. Exuberante es el diseño de las hojas góticas que cubren todo el reborde de la Cruz.

También es interesante la Ermita del Santo Cristo, donde se venera una escultura de Cristo en la Cruz, manierista de finales del siglo XVI. En el casco urbano del pueblo entre la Plaza Mayor y la Casa de Cultura, puede verse un soberbio trinquete (frontón) construido con buena sillería y a la salida del pueblo en el desvío para Camporredondo otro buen crucero, muy parecido al que hay en la ermita.

Un imperdible más de esta bonita provincia.

Foto Vía: cyl.nortecastilla.es

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